Ribolucusario y otros agujeros donde sedentar

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Haiku XII

septiembre 06, 2016

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Primero el rayo.
Luego, el grito del trueno.
Al fin la lluvia.

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Haiku I

Son suficientes diecisiete sílabas para decirte.

Los silencios a oscuras me hacen traerte, una extendida vez, al asiento de al lado y lo mas cerca que estoy de Viena se titula "La psicología de los procesos oníricos"; lo mas cerca que podre estar tuyo a través de esta génesis regresiva acumulando en los momentos vacíos todos los deseos que no se realizaran en tiempo perto; llenando el silencio con lo que tengo ganas que diga como la luna medio llena en medio de la ruta iluminando -donde busca verse- cualquier bordeado de casas o de arboles perdidos en la llanura para no sentirse tan sola.

Mamifero

No son tus ojos los ojos del mundo rey de las bestias tu mapa es el reflejo de alguna pecera nuestro tacto un vidrio barnizado de saliva cuadrúpedo de manos estrelladas qué grato saberte animal a pesar de todo que mastiques con tus muelas de acero todo lo que entra en tu boca sucia todo lo que se pretende inerte ¿de qué estoy hecha -sino de un manto de carne- que tu mandíbula se bloquea cuando me abro paso? si nunca lograra penetrar tus fauces si todas las baldosas de tu ciudad estuviesen marcadas por el orín de tus mascotas insomnes existe aún un cauce de encuentro en el punto donde mi margen esconde una falla no soy tan pequeña como tu mano en puño guardo salones en los que entrarías entero sin tener que encorvarte o agachar la cabeza no es necesario que partas sigiloso hacia el fin de la especie:

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