¿Hay alguien que estruja

más tus venas

tan carcomidas,

tangibles,

desertoras del pacto que no nos dimos

pero que en alguna parte tiembla,

se des-lapida?

¿Hay en su viciosa sangre

algo más

que amor no dicho,

silbado entre dientes,

abortado?

Hay. Hay vago en todo esto nuestro

que no se conoce

un desliz de ternura despintada,

exprimida por la tenaz realidad

que no le pertenece,

y chorréase su sudor

desmesurado

en el aire que congela

la coincidencia de nuestras miradas

tímidas,

de vez en cuando lanzadas

a escapar del hoy

que las separa.